jueves, 18 de enero de 2018

Nubes




El cielo estaba ocupado
por un hilván dorado en ese mar de nubes
dónde observa el paso de coches
el ojo secreto tras el claro,
ser superior de otras entendederas
y en la tierra disimulan los proscritos
de culto carpetovetónico
obviando esa estampa temporera.

Yo miré el parpadeo
de ese dios desordenado
acabó mi cuerpo partícipe

de un elevado jaleo
ajeno al del ser humano
acabó mi alma tan triste.

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