sábado, 19 de junio de 2010

V-uelta


Te cuento y ni acierto a saber si esto es cierto
me arriesgo y lo siento pero al fin te comento;
aspersores culpaban su agua a las fuentes
que nunca me mienten de asfaltos con cauces
y ahora me importan las luces que dictan
un chorro de ruina e huida de alces,
que acaban sentándome en caminos que versan
canciones de huir sin usar esas sales
de lima y sudores que tanto pretendan.

Reflejos de luces espantan mi rostro
que solo deshace lluvia de otoño.
Me busca por sitios que calman el rastro
y solo a despegan tu jerga con moño.

Barrotes de sombra encadenan mi paso,
y voces solo quieren espantar mi presencia.
Escondido en columnas, desapercibo mi asistencia
andando me vuelvo encontrando mi rastro.

Saltando la valla que llega a mi hueco,
insectos intentan morderme en mi reino,
no necesito su olor de barro
ya que entre sabanas encontrare el deseo si mueco

martes, 15 de junio de 2010

Mal castigo


Confundo abrazos ebrios con soñados,
ni entre pinos despisto a tu aroma.
Quiero oírte, pero no me cuentes nada
esas desconocidas palabras que siento soldado
con morralla, el rincón más reservado.
Quiero tocarte, pero no sentir nada
contra más te acercas, corazón más despotricado.
Me arrastro con gusanos huyendo de alas
que tu luz refleja coloreada en mariposas.
Quiero contarte todo y que ni entiendas
porque hablo soltando arcadas
de imaginar lo que quiero hacer con tus caderas
y a la siguiente mañana abrazarme del mar
mientras flote, soñar, soñar golpear, soñar arañar.
Soñar escapar del desvelo agradecido a alboradas del alba.

miércoles, 9 de junio de 2010

Sólo él - Habana

Sólo él




Te pones el anillo que arranca tus uñas,
luego el cinturón que aplasta tu ombligo,
maquillaje que quema tus dulces mejillas
rímel que inventa ojos de castigo.

Huye de majaderos ornamentos
que las hojas puedan aliviar parecidos
del mundo que pide olor de vestidos
y las joyas ya no dictarán sacramentos.

Escucha y aprende del sabio vagabundo
que arto dejo esos abominados desvaríos
y ahora viste andrajos con sujetos zarrios.
Sólo él, desecho y alegre surca el mundo.
Sólo él, cae en su sol, oculto en barrios.
Solo él, se conforma con moneda de estaño.
Solo él, ayuda y pelea sin espada ni escudo
solamente, con sus fracasos.

Habana



Tengo un sueño, sueño de dueño.
Cincuenta años que crean antaño,
riñas en campos, no limpian con paños.
Muerto el huraño recreo sureño.