Yo, que encelo de mi utopía, me asomo fuera valiente y libre provoco al viento sus huracanes se rasga el cielo rompe en estrías. Salto con alas de piel y venas mientras atronan mis ideales nadie amedrenta ni al ver de frente cuando me quiebro contra la acera. Mi voz sigue en la mente de la gente y esa idea lucha con los siguientes que no tienen miedo en morder ni a su Dios por no ponerle un: -pase, aquí puede pensar, prohibido que se plante ud. en el suelo-.