viernes, 16 de julio de 2010

Apagados temores



Y el cielo se encapoto, con dunas de nubes,
el cielo con mi cabeza
perdida en madejas de dudas y asperezas.
Pero entonces, tu subes
a quitarme de encima el dolor de esas gentes
a quitarme de en frente a quien ansíe mi sangre.
Y por eso mis ojeras ahora pasan hambre
y por eso ya no hay jaqueca en relentes.

No dudes en pedirme mi burra otra vez
que de paja cargada te llevaré,
no dudes en romper la flor que te regalé
que otra esperará en tu florero, que no tenga sed,
no dudes en llorarle a mi hombro
ya que una vez el tuyo inundé

Por ti, las nubes se van separando
el sol ya se asoma asustado
y rechaza su nicho cavado
pues no volverá reptando.

jueves, 8 de julio de 2010

Mi voz sin cauce - Mi voz sin caudal

Mi voz sin cauce



Ahora cantan himnos afilados
como son los de republicanos.
Después un cara al sol retrasado
de mentes viejas y conservados
cuentos de hechos reprimidos
en plazas sin toros agonizados,
pero si humanos asesinados.
Anarquistas simplemente van al grano,
huelgas y gritos que desencantan
el capricho que atraía Franco
que perderían con pico y pala.

Pero yo,
miro abajo y grito a las nubes
“¡No me busquéis ideas utópicas,
solo quiero cabalgar al aire con sátiras,
y no pensar por otras voces,
ni aunque algún burro me de coces!”


Mi voz sin caudal



Y pensar solo afirmando
que hoy se cubre el cielo
sin parar, sigo pensando
que ese cielo es mi mente,
no la de gente sin pacto.
Y mi cuerpo se siente
como un puñal, exacto,
en mi cuello clavado y doliente.

domingo, 4 de julio de 2010

¡Corre, pastora, que viene!



Y cuando el sol parecía contento, la noche lo ahogó
ninguna de las otras estrellas soltó una lagrima,
pero un llanto de voz párvula se escapó de mi cama
por ver que no escucharemos alboradas de mismos gallos.

Y en la oscuridad me inundo en los ladridos de perros
que me hacen dejar de pensar en estar a tu vera
como una primavera leja de colores, y quien será
el que sepa, que aún estas conmigo reptando en cerros.

Tiemblan las nubes porque aún estás aquí
tiemblan los mares porque aún estás aquí
tiembla mi cuerpo de miedo al tejer
los pensamientos que tendré cuando tú ya no estés.