Pelea.

Un momento para pensar, un suicidio de alma y entrañas.

Se agarra en mi garganta el sentimiento menstrual,

golpes en el estómago y la mente,

mi tamíz craneal se embadurna de heroína

y avejenta con veneno lo que hay dentro.

Intento pensar, solo siento,

solo pienso.

Palpito sangre sucia,

la de las venas

que no oxigena el corazón,

lo ensucia y prepara para el arresto

y una vez encerrado

sabe que no saldrá más.

Ni un día más.