Por el prado caminé, oliendo los colores
no el museo ni sus genios sino
donde el viento moja el pasto de lino
que provoca el viaje a caracoles,
donde la noche invitó a la luna
que quiere espantar el lobo,
Donde el pez nada solo
en el charco que al agua acuna,
donde las ramas del sauce no lloran
rozadas por el chopo y sus raíces el río,
donde estoy sentado, domingos de frío
añoro, para ver si espadañas curvadas me cantan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario