Desato el nudo a punta de navaja
se me resbala dando a parar en mi ombligo.
Asoma la luna por el nocturno salino
que me hace pensar bajo esta carrasca
y si mi hito no hubiera seguido la linde
no acabaría sumido en esta bruma
de conjeturas, juicios y sumas
que aplastan mi cabeza y dejan que desangre
claro, ahora ya no importa
a quien anhele la vida, en su despacho,
la igualdad del abstemio o del borracho.
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